Si ya ha muerto, recuerde que tendrá que salir de la tumba para ser juzgado. El consejo es optar por un ataúd barato, preferiblemente de porexpan ya que se rompe también con manos esqueléticas, y evite la encina y el fresno que son los más resistentes. La última cosa que querrá es perdese una resurrección porqué su ataúd es de calidad demasiado buena.